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ÓRGANO: Apéndice xifoides del esternón (conejo). TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Tejido cartilaginoso hialino (H/E) (4x). Corte longitudinal del apéndice xifoides de un conejo. Esta estructura constituye la porción más distal del esternón, y en algunas especies (no la humana) permanece como cartílago hialino. En general, se puede decir que el cartílago hialino consta de un tejido cartilaginoso hialino, intensamente basófilo, rodeado externamente por una envoltura conjuntiva, eosinófila, denominada pericondrio (P).
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Tejido cartilaginoso hialino (H/E) (10x). El tejido cartilaginoso hialino está formado por células llamadas condrocitos (flechas), cada uno de los cuales se aloja en una pequeña cavidad de la sustancia intercelular llamada condroplasma o laguna cartilaginosa. Esta sustancia intercelular, también denominada matriz cartilaginosa, es muy basófila debido a su alto contenido en sustancia amorfa rica en glucosaminoglicanos. Por fuera se observa el pericondrio (P), eosinófilo y de aspecto fibrilar.
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Tejido cartilaginoso hialino (H/E) (20x). En el tejido cartilaginoso hialino tanto los condrocitos como los condroplasmas en los que se alojan, son redondeados en las partes más profundas (flecha) y aplanados y de disposición paralela a la superficie en las zonas más periféricas (punta de flecha) del tejido. Por fuera, el pericondrio (P), eosinófilo y de aspecto fibrilar, muestra un aspecto artefactado, debido al procesamiento histológico de la pieza. No hay vasos sanguíneos en el tejido cartilaginoso. Aunque pocos, sí que existen vasos en el cartílago, los cuales se sitúan exclusivamente en el pericondrio (no se observan en la imagen).
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Tejido cartilaginoso hialino (H/E) (40x). En las zonas más profundas del tejido cartilaginoso hialino, los condroplasmas son redondeados u ovalados. Con frecuencia los condrocitos, al retraerse, se despegan de las paredes de la laguna generando un espacio vacío (se trata de un artefacto). Los condrocitos se asocian en grupos de dos a cuatro células (grupos isogénicos) (I). La matriz cartilaginosa que rodea a cada grupo es más basófila que el resto y se llama territorio (flecha), mientras que la matriz situada entre los grupos isogénicos es menos basófila y se denomina interterritorio (asterisco).
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Tejido cartilaginoso hialino (H/E) (40x). El pericondrio (P), rico en fibras colágenas, es eosinófilo y presenta un aspecto algo deshilachado debido al procesamiento histológico de la muestra. Inmediatamente por dentro del pericondrio, los condroplasmas (flecha) son alargados y paralelos a la superficie del cartílago, mientras que en las zonas profundas son redondeados u ovalados y se asocian formando grupos isogénicos (I). La matriz más basófila que engloba al grupo isogénico es el territorio (T), y entre ellos hay una matriz menos basófila que corresponde al interterritorio (asterisco).
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Tejido cartilaginoso hialino (H/E) (100x). En el centro de la imagen, ligeramente desplazado hacia la derecha, se observa un típico grupo isogénico formado por dos condrocitos, cada uno de ellos alojado en el interior de su correspondiente condroplasma o laguna cartilaginosa. Puede verse, además, un condrocito binucleado (flecha). (Territorio: T. Interterritorio: asterisco).
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ÓRGANO: Hueso. Articulación. TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Cartilago articular (H/E) (2x). Un tipo particular de cartílago hialino es el cartílago que recubre las superficies articulares de los huesos. En esta preparación se observa la cabeza del fémur alojada en el acetábulo. Pertenece a un animal joven, ya que no se ha formado aún hueso compacto inmediatamente por debajo del cartílago articular. Se observa un cartílago de crecimiento (flecha) en el hueso coxal. (Cavidad articular: asterisco).
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Cartilago articular (H/E) (4x). La cabeza del fémur, así como el acetábulo, se encuentran recubiertos por el cartílago articular (Ca), el cual descansa sobre un hueso (Hi) todavía inmaduro, puesto que no se ha llegado a formar aún tejido óseo compacto. (Cavidad articular: asterisco. Membrana sinovial: S. Músculo esquelético: M).
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Cartilago articular (H/E) (10x). Las superficies articulares formadas por cartílago hialino (Ca) delimitan la cavidad articular (asterisco) y se apoyan sobre trabéculas de tejido óseo (Hi) todavía inmaduro, que se entremezclan con médula ósea (Mo). En la parte derecha de la imagen se ve cómo la membrana sinovial (S) forma un repliegue que hace relieve hacia la cavidad articular. (Cápsula fibrosa de la articulación: F).
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Cartilago articular (H/E) (40x). El cartílago articular, aun siendo hialino, carece de pericondrio y sus condrocitos se organizan en varias zonas que, desde la superficie hasta la profundidad, son: la zona tangencial (T) (donde los condrocitos son aplanados y paralelos a la superficie articular), la zona de transición (Tr) (donde forman grupos isogénicos coronarios, similares a esferas), y la zona radial (R) (en la que se disponen en hileras perpendiculares a la superficie del cartílago). Esta última zona se continúa profundamente con trabéculas de tejido óseo inmaduro (Hi).
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ÓRGANO: Epiglotis (humana). TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Epiglotis (H/E) (2x). Epiglotis humana seccionada longitudinalmente. El centro de la epiglotis está formado por el cartílago epiglótico, que es un cartílago elástico (C). Ambas caras o superficies de la epiglotis, tanto la superior o faríngea como la inferior o laríngea, se encuentran recubiertas por epitelio de revestimiento (E) apoyado en un tejido conjuntivo (Tc). Dicho epitelio es diferente según la superficie considerada, ya que cada una de ellas se relaciona con una cavidad distinta: la superior con la faríngea (F) y la inferior con la laríngea (L).
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Epiglotis (H/E) (4x). El cartílago elástico, a diferencia del cartílago hialino, se tiñe fundamentalmente con la eosina debido a las abundantes fibras elásticas (flecha) presentes en la matriz cartilaginosa, las cuales se sitúan entre los condrocitos. Existe, asimismo, un pericondrio (P) que recubre al tejido cartilaginoso elástico. (Glándulas epiglóticas: G. Superficie faríngea de la epiglotis: asterisco).
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Epiglotis (H/E) (10x). En el tejido cartilaginoso elástico los condrocitos redondeados se sitúan en el interior de los condroplasmas o lagunas cartilaginosas, del mismo modo que en el hialino. La matriz que separa los condrocitos no es tan abundante como en el cartílago hialino y presenta un aspecto fibrilar eosinófilo debido al predominio de fibras elásticas (flecha), las cuales abundan sobre todo en las zonas más profundas del cartílago. (Pericondrio: P. Glándulas epiglóticas: G).
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Epiglotis (H/E) (20x). Los condrocitos en el tejido cartilaginoso elástico son redondeados u ovalados y también forman grupos isogénicos (I), los cuales parecen estar constituidos por un menor número de células que en el tejido cartilaginoso hialino. Entre los condrocitos se observa una matriz cartilaginosa con abundantes fibras elásticas (flecha), intensamente eosinófilas.
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Epiglotis (H/E) (20x). El cartílago elástico, al igual que el hialino, está rodeado externamente por un pericondrio (P) rico en fibras colágenas. Inmediatamente por dentro de dicho pericondrio los condrocitos (flecha) tienden a ser aplanados, y están rodeados por una matriz cartilaginosa con escasas fibras elásticas, las cuales (asterisco) son claramente más abundantes en las zonas más profundas del cartílago. (Grupo isogénico: I).
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Epiglotis (H/E) (40x). Imagen a gran aumento de condrocitos (flecha) alojados en el interior de condroplasmas ovalados. Muchas de estas células están retraídas debido a deficiencias, difícilmente evitables, en la fijación. Entre los condrocitos hay una matriz cartilaginosa de aspecto fibrilar y eosinófilo, debido a la abundancia de fibras elásticas (punta de flecha).
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ÓRGANO: Epiglotis (humana). TÉCNICA: Orceína.
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Epiglotis (Orceína) (2x). Corte longitudinal de una epiglotis humana. Con la orceína las fibras elásticas se tiñen de marrón ocre, color que por lo tanto predomina en el cartílago elástico (C) que forma el eje de la epiglotis. Las bandas densas que se ven a la izquierda (flechas) se deben a pequeños repliegues del corte. En el tejido conjuntivo laxo que hay a ambos lados del cartílago elástico, sobre todo en el de la parte superior, también se tiñen las fibras elásticas (punta de flecha). (Epitelios de revestimiento: E. Glándulas epiglóticas: G. Superficie faríngea: F. Superficie laríngea: L).
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Epiglotis (Orceína) (4x). En el cartílago elástico teñido con orceína, destaca la tinción marrón ocre de la matriz cartilaginosa que se sitúa entre los condrocitos de forma redondeada. Alrededor del cartílago se encuentra el pericondrio (P), teñido mucho más débilmente. A ambos lados del cartílago elástico, e inmersas en un tejido conjuntivo laxo donde también se tiñen las fibras elásticas (puntas de flecha), se encuentran las glándulas epiglóticas (G).
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Epiglotis (Orceína) (10x). Los condrocitos (flechas), teñidos de un color azul violáceo por la hematoxilina que se ha utilizado como contraste nuclear, se hallan alojados en los condroplasmas. Las abundantes fibras elásticas de la matriz cartilaginosa aparecen de color marrón ocre. En la parte superior de la imagen se encuentra el pericondrio (P), por encima del cual se observa un pequeño grupo de glándulas epiglóticas (G).
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Epiglotis (Orceína) (20x). Los condrocitos (flechas), de color azulado, se encuentran alojados en sus condroplasmas redondeados, y forman pequeños grupos isogénicos (I) de dos células. En la matriz cartilaginosa hay gran cantidad de fibras elásticas (asteriscos) teñidas de color marrón ocre.
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Epiglotis (Orceína) (40x). Pericondrio (P) del cartílago elástico donde se aprecian escasas fibras elásticas. Ya en el seno del tejido cartilaginoso, las fibras elásticas son más abundantes, tanto en la inmediata vecindad (flecha) del pericondrio como, especialmente, en las regiones más profundas (asterisco), tal y como puede verse en la parte inferior derecha de la imagen. (Condrocito: C).
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Epiglotis (Orceína) (40x). Imagen a gran aumento donde es apreciable el aspecto fibrilar de la matriz cartilaginosa, debido a la riqueza en fibras elásticas (puntas de flecha) que se tiñen selectivamente con la orceína. Se observan, asimismo, algunos grupos isogénicos (I) formados por dos condrocitos.
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ÓRGANO: Disco intervertebral. TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Tejido cartilaginoso fibroso (H/E) (2x). El cartílago fibroso (fibrocartílago), se caracteriza por presentar numerosas fibras colágenas en la matriz cartilaginosa. Uno de los sitios donde se localiza es en los discos intervertebrales que articulan los cuerpos de las vértebras. La imagen corresponde a una sección transversal de la columna vertebral de un animal de muy corta edad, donde se observa una pequeña zona de fibrocartílago (Fc) de un disco intervertebral cortado oblicuamente, situado próximo a una vértebra (V) en fase de osificación endocondral. (Médula espinal: Me. Músculo esquelético: Mu).
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Tejido cartilaginoso fibroso (H/E) (4x). El fibrocartílago (Fc) se relaciona con mucha frecuencia con tejido conjuntivo fibroso (Cf) y, en el caso de los discos intervertebrales, como el que se observa en la imagen, también se asocia con una zona de cartílago hialino (Ch) que forma parte de la articulación intervertebral. (Médula espinal: Me).
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Tejido cartilaginoso fibroso (H/E) (10x). El tejido cartilaginoso fibroso (Fc) se puede identificar a este aumento por la disposición en hileras de los condrocitos, los cuales tienen una forma redondeada. Contrasta con la distribución menos ordenada de los condrocitos del tejido cartilaginoso hialino (Ch) de las vértebras en formación.
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Tejido cartilaginoso fibroso (H/E) (20x). En este fibrocartílago, las hileras de condrocitos (flecha) son muy celulares debido a que pertenece a un animal muy joven (en el adulto tanto las células como las hileras están más separadas unas de otras). Abajo y a la derecha se aprecia la continuidad que existe entre el fibrocartílago, formado por condrocitos redondeados, y el tejido conjuntivo fibroso (Cf) constituido por células aplanadas correspondientes a fibroblastos. En ambos tejidos abundan las fibras colágenas en la sustancia intercelular, por lo que se tiñe de rojo con la eosina, sobre todo en el conjuntivo fibroso.
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Tejido cartilaginoso fibroso (H/E) (40x). Los condrocitos en el fibrocartílago se organizan en grupos isogénicos axiales (flecha), que se disponen en hileras más o menos paralelas entre sí. En esta preparación los condrocitos están muy próximos unos a otros porque es un tejido inmaduro. Entre las hileras de condrocitos hay una matriz cartilaginosa (asterisco) eosinófila, de aspecto fibrilar, muy rica en fibras colágenas.
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Tejido cartilaginoso fibroso (H/E) (100x). Con el máximo aumento se observa cómo los condrocitos, de forma redondeada, se sitúan en el interior de sus lagunas cartilaginosas (flecha), y están rodeados por un pequeño territorio basófilo (punta de flecha). En el interterritorio (asterisco) se aprecian abundantes fibras colágenas que se disponen ordenadamente, paralelas entre sí y a los grupos de condrocitos.
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ÓRGANO: Hueso (cortical diafisaria). TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Tejido óseo compacto (H/E). Imagen panorámica de una sección transversal de la diáfisis de un hueso largo. Está formada por una cortical (C) de tejido óseo compacto que muestra un aspecto macizo y una tinción eosinófila debido al componente más abundante de la sustancia intercelular o matriz ósea: las fibras colágenas. (Aunque las estructuras calcificadas son basófilas, téngase en cuenta que es necesario descalcificar el hueso para poder realizar los cortes histológicos, de modo que al eliminar las sales cálcicas es el colágeno, que permanece, el responsable de la apetencia tintorial eosinófila). La gran concentración de células presente en el interior del hueso corresponde a la médula ósea (Me).
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Tejido óseo compacto (H/E) (4x). A pesar de que la cortical del hueso está formada por un tejido óseo compacto, a bajos aumentos se llegan a observar numerosas cavidades (puntas de flecha) de pequeño tamaño. La superficie convexa, de contorno más regular, es la que se encuentra recubierta por periostio (flecha azul), en estrecha relación con fibras musculares esqueléticas (Fm). La superficie interna es cóncava, tiene un contorno algo más irregular y está tapizada por el endostio (flecha roja). Más hacia el interior se encuentra la médula ósea (Me) mostrando una gran celularidad.
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Tejido óseo compacto (H/E) (10x). A medianos aumentos se identifican cavidades de diferentes tamaños en el tejido óseo compacto. Las más pequeñas corresponden a las lagunas óseas u osteoplasmas (puntas de flecha), ocupadas por osteocitos; los círculos de mediano tamaño son los conductos de Havers (flecha azul), centro de las osteonas (O); y los espacios más grandes son cavidades de reabsorción (C). En la parte profunda de la cortical del hueso, se encuentra el sistema de laminillas circunferencial interno (Li), tapizado por el endostio (flecha roja), y en la porción más superficial el sistema de laminillas circunferencial externo (Le). (Me: médula ósea).
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Tejido óseo compacto (H/E) (20x). La superficie interna de la cortical del hueso está recubierta por el endostio (E), el cual se apoya sobre el sistema de laminillas circunferencial interno (Li), donde los osteoplasmas (puntas de flecha rojas) se disponen en varias hileras paralelas entre sí y a la superficie ósea. Más profundamente en el espesor del tejido óseo, se identifican las osteonas (O) donde los osteoplasmas (puntas de flecha azules) se disponen alrededor de un pequeño círculo que corresponde al conducto de Havers (flecha) seccionado transversalmente. La estructura alargada (V) es un conducto de Volkmann.
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Tejido óseo compacto (H/E) (20x). Superficie externa de la cortical del hueso recubierta por un periostio (P) muy delgado debido a que buena parte del mismo se ha desprendido durante la manipulación de la muestra. Destaca el sistema de laminillas circunferencial externo (Le), así como la presencia de osteonas (O) en zonas más profundas de la cortical.
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Tejido óseo compacto (H/E) (20x). En el espesor del tejido óseo compacto se observan numerosas osteonas (O), centradas por un conducto de Havers (H), alrededor del cual se sitúan osteoplasmas (puntas de flecha) y laminillas óseas dispuestas en capas concéntricas. Los espacios más grandes son cavidades de reabsorción (C), que corresponden a pequeñas zonas de destrucción del tejido óseo sobre cuyas paredes se depositarán sucesivas laminillas óseas, de fuera a dentro, para formar nuevas osteonas.
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Tejido óseo compacto (H/E) (40x). Los conductos de Havers (H) están en el centro de las osteonas (O), y en ellos hay un vaso sanguíneo de pequeño calibre, generalmente un capilar (flecha). Los osteocitos se disponen en capas concéntricas alrededor del conducto de Havers, y se sitúan en el interior de los osteoplasmas o lagunas óseas (puntas de flecha azules). Estas células generalmente se retraen debido al proceso de fijación y descalcificación del hueso. Delimitando la osteona (puntas de flecha rojas), se observa una fina línea basófila correspondiente a la línea cementante de von Ebner (“reversal line”). Entre las osteonas se encuentran las brechas (asterisco) o sistema de laminillas intersticiales, que son restos de osteonas antiguas parcialmente destruidas.
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Tejido óseo compacto (H/E) (40x). Detalle del sistema de laminillas circunferencial interno (Li) revestido por el endostio (E). En el sistema de laminillas circunferenciales los osteoplasmas (puntas de flecha) se disponen en hileras paralelas entre sí, sin formar anillos concéntricos alrededor de un conducto de Havers, como ocurre en las osteonas. En el centro de la imagen se aprecia la penetración de un vaso (V) desde el endostio que, a través de un conducto de Volkmann, atraviesa el sistema de laminillas circunferencial interno.
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ÓRGANO: Hueso (cortical diafisaria). TÉCNICA: Schmorl.
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Tejido óseo compacto (Schmorl) (4x). Sección transversal de un segmento de la cortical de la diáfisis de un hueso largo. Incluso a bajo aumento, como vemos en la imagen, con la técnica de Schmorl es posible identificar las osteonas (O). La superficie interna del hueso es irregular y está recubierta por endostio (E), mientras que la superficie externa, algo más regular, se halla tapizada por periostio (P).
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Tejido óseo compacto (Schmorl) (10x). La técnica de Schmorl evidencia la abundancia de osteonas (O) que componen el tejido óseo compacto. La mayoría de ellas están cortadas transversalmente, identificándose alguna en corte oblicuo (flecha). Este hueso pertenece a un animal joven, por lo que los sistemas de laminillas circunferenciales interno (Li) y externo (Le) están todavía poco desarrollados.
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Tejido óseo compacto (Schmorl) (20x). Las osteonas (O) que forman el tejido óseo compacto se sitúan muy próximas entre sí. En el centro de cada una hay un conducto de Havers (flecha). Aunque la mayoría de las osteonas se han cortado transversalmente, existen algunas seccionadas oblicuamente (asterisco). Los espacios que hay entre las osteonas se encuentran ocupados por las brechas (B) o sistema de laminillas intersticiales.
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Tejido óseo compacto (Schmorl) (20x). Los conductos de Havers (H) son paralelos al eje mayor del hueso largo y están comunicados entre sí mediante los conductos de Volkmann (V), como el que se observa en la imagen, el cual típicamente perfora las laminillas óseas. No hay que confundir los conductos de Volkmann con cortes oblicuos (asterisco) de conductos de Havers, los cuales siempre aparecen rodeados por las laminillas de la osteona que se dispondrán, por tanto, paralelas a él. Recuérdese que tanto por los conductos de Havers como por los de Volkmann discurren vasos sanguíneos que se interconectan.
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Tejido óseo compacto (Schmorl) (40x). Con la técnica de Schmorl los osteocitos (flecha) se tiñen de color rojizo, apreciándose con claridad su disposición en hileras concéntricas alrededor del conducto de Havers (H) que ocupa el centro de cada osteona (O). Esta técnica también permite observar cómo del soma de los osteocitos emergen abundantes y finas prolongaciones que atraviesan las laminillas óseas, formando un auténtico laberinto. Entre las osteonas se encuentran las brechas (B), teñidas más intensamente, también formadas por laminillas óseas paralelas entre sí, pero que no pueden adscribirse a una osteona concreta.
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Tejido óseo compacto (Schmorl) (100x). Osteona vista a gran aumento donde se aprecia cómo los somas (Os) de los osteocitos, situados entre las laminillas óseas, se disponen en hileras concéntricas alrededor del conducto de Havers (H). Estas células se comunican entre sí mediante abundantes prolongaciones celulares (puntas de flecha), finas y poco ramificadas, que surgen del soma y perforan las laminillas, situándose en el interior de los conductos calcóforos, formando un intrincado laberinto. Los osteocitos más próximos al centro de la osteona dirigen sus prolongaciones (flecha) hacia el conducto de Havers.
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Tejido óseo compacto (Schmorl) (100x). Conducto de Volkmann (V), cortado longitudinalmente, que perfora las laminillas óseas para terminar en un conducto de Havers (H). También se observa cómo el eje mayor de los somas (flecha) de los osteocitos se dispone perpendicular u oblicuamente con respecto al conducto de Volkmann, pero no en paralelo como en el caso del conducto de Havers. (Puntas de flecha: prolongaciones de osteocitos).
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ÓRGANO: Hueso (costilla). TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Tejido óseo esponjoso (H/E) (2x). Corte transversal de una costilla de cerdo. La parte periférica de la costilla está constituida por tejido óseo compacto (C) cubierto por periostio (P), mientras que en el interior se encuentra el tejido óseo esponjoso formado por finas trabéculas óseas (T) ramificadas y anastomosadas, que delimitan amplios espacios ocupados por médula ósea (M).
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Tejido óseo esponjoso (H/E) (4x). Las trabéculas óseas (T) del tejido óseo esponjoso se apoyan sistemáticamente sobre tejido óseo compacto (C). Estas trabéculas óseas delimitan grandes espacios que están ocupados por médula ósea (M). Se observa, a la derecha, una arteria (A) de la médula ósea. (Periostio: P).
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Tejido óseo esponjoso (H/E) (10x). Trabéculas ramificadas de tejido óseo esponjoso formadas por laminillas óseas (flecha) y recubiertas por células aplanadas que corresponden a las “células de revestimiento óseo” (punta de flecha). Los huecos existentes entre las trabéculas están rellenos de médula ósea (M). Los espacios claros (asterisco) que hay entre ésta y las trabéculas son un artefacto motivado por la retracción de la médula ósea durante la fijación, debido a la diferente consistencia entre médula (muy blanda) y trabéculas.
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Tejido óseo esponjoso (H/E) (40x). Punto de ramificación de una trabécula en el tejido óseo esponjoso. Las trabéculas están formadas por laminillas óseas (punta de flecha) superpuestas, entre las que se disponen los osteocitos (flecha azul) en sus osteoplasmas. En el centro de la imagen se observa una región que parece ser un resto de una trabécula antigua (asterisco). (Médula ósea: M. “Células de revestimiento óseo”: flecha roja).
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ÓRGANO: Hueso (vértebra). TÉCNICA: Schmorl.
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Osteocitos (Schmorl) (10x). Sección de un fragmento de la parte periférica de una vértebra. Se ha utilizado una variante de la técnica de Schmorl que tiñe los osteocitos de color azul. Se aprecia un tejido óseo compacto donde se distinguen varias osteonas (O) con sus correspondientes conductos de Havers (H), alrededor de los cuales se sitúan los osteocitos (punta de flecha) dispuestos en hileras concéntricas. Los espacios más grandes son cavidades de reabsorción (C).
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Osteocitos (Schmorl) (10x). La vértebra está constituida internamente por hueso esponjoso. En la imagen se observan finas trabéculas (T) de tejido óseo esponjoso, anastomosadas unas con otras, delimitando amplios espacios (asterisco) ocupados por médula ósea que, sin embargo, se ha desprendido como consecuencia del procesamiento de la muestra, hecho frecuente cuando los cortes se realizan por congelación, como en este caso. Los somas de los osteocitos (flecha) se disponen en paralelo en el espesor de la trabécula, al situarse entre las laminillas óseas que la componen.
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Osteocitos (Schmorl) (20x). Osteona (O) en el tejido óseo compacto de la porción periférica de una vértebra. Los somas (flecha) de los osteocitos son alargados, estrechos, y se tiñen intensamente de color azul. Se disponen ordenados en filas paralelas, debido a que se sitúan entre las laminillas óseas. Mientras unos osteocitos se organizan en hileras concéntricas alrededor del conducto de Havers (H) para formar parte de la osteona, otros se localizan en las brechas (B) situadas entre las osteonas. A este aumento ya se evidencian las numerosas y finas prolongaciones (punta de flecha) que emiten los osteocitos.
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Osteocitos (Schmorl) (20x). Fina trabécula del tejido óseo esponjoso que constituye la parte interna de una vértebra. Los somas de los osteocitos (flecha) son alargados y se disponen ordenadamente, paralelos a la superficie de la trabécula. De dichos somas surgen numerosas prolongaciones, finas y poco ramificadas, que se dirigen (punta de flecha) hacia la superficie trabecular si el osteocito está situado cerca de la misma.
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Osteocitos (Schmorl) (100x). Detalle del centro de una osteona. Puede observarse cómo los somas de los osteocitos (O) situados más próximos al conducto de Havers (H) emiten abundantes y finas prolongaciones (flecha) que llegan a contactar con la superficie de este conducto. Hay también prolongaciones que surgen del lado opuesto del soma, y se relacionan (punta de flecha) con las de otros osteocitos localizados más periféricamente en la osteona.
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Osteocitos (Schmorl) (100x). Las abundantes y finas prolongaciones que surgen de los somas de los osteocitos se sitúan en el interior de los “conductos calcóforos”, muy estrechos y anastomosados unos con otros, que forman un complejo laberinto intercomunicado. En la parte superior de la imagen se observa un osteoplasma (Op), aparentemente sin osteocito en su interior, de donde parten conductos calcóforos (flecha) que se unen con otros procedentes de osteoplasmas que no se ven por estar fuera del plano de corte. Los puntos gruesos muy teñidos (punta de flecha) son conductos calcóforos cortados transversalmente.
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Osteocitos (Schmorl) (100x). Somas de osteocitos (Oc) situados en una trabécula de tejido óseo esponjoso. Se disponen paralelos entre sí, ya que se localizan entre las laminillas que componen la trabécula. Del soma de cada osteocito surgen numerosas prolongaciones finas, alguna de ellas ramificada (punta de flecha), que se orientan en todas direcciones, atraviesan las laminillas, y se comunican con otras prolongaciones de los osteocitos más próximos. Las prolongaciones de los osteocitos más periféricos se dirigen (flecha) hacia la superficie de la trabécula.
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Osteocitos (Schmorl) (100x). Somas de osteocitos (Oc) en el interior de una trabécula de tejido óseo esponjoso. Contactan unos con otros por medio de las finas prolongaciones celulares (punta de flecha) alojadas en los conductos calcóforos. Obsérvese cómo los osteocitos más periféricos envían sus prolongaciones (flecha) hacia la superficie de la trabécula, con el fin de obtener nutrientes a partir de los abundantes vasos sanguíneos presentes en la médula ósea (M).
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ÓRGANO: Hueso largo (inmaduro). TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Hueso inmaduro (H/E) (2x). Sección transversal de la diáfisis de un hueso largo inmaduro, en la que se observa tejido óseo trabecular (también llamado embrionario o inmaduro) formando una cortical ósea (C) constituida por trabéculas eosinófilas (flecha) que forman una malla tridimensional con grandes huecos. Por fuera de la cortical se encuentra el periostio (P), parcialmente desprendido (parte izquierda) como consecuencia de la manipulación de la muestra. El centro de la diáfisis está ocupado por médula ósea roja (M).
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Hueso inmaduro (H/E) (4x). A diferencia del tejido óseo compacto, el tejido óseo inmaduro presenta trabéculas óseas (flechas) ramificadas y anastomosadas que forman una malla tridimensional que deja numerosos huecos. Tanto la superficie externa como la interna de la cortical (C) son muy irregulares. La parte exterior del hueso está recubierta por el periostio (P). (Médula ósea: M. Arteria: A. Vena: V).
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Hueso inmaduro (H/E) (10x). Las trabéculas del tejido óseo inmaduro (T) son eosinófilas y forman un entramado irregular que delimita amplios espacios (asterisco), ocupados por mesénquima. A este aumento se aprecian en el espesor de las trabéculas unas pequeñas cavidades, los osteoplasmas, donde se alojan los osteocitos (puntas de flecha). Es llamativa la gran irregularidad de la superficie externa de la cortical ósea, contrastando con lo lisa que es en el tejido óseo adulto. Externamente se sitúa el periostio (P). La superficie interna, también irregular, se relaciona directamente con la médula ósea (M).
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Hueso inmaduro (H/E) (20x). Los espacios que hay entre las trabéculas (T) de tejido óseo inmaduro están rellenos de médula ósea (M) en las zonas próximas a la cavidad medular, mientras que en regiones más alejadas de la misma están ocupados por mesénquima (asterisco), donde se puede identificar algún vaso sanguíneo (flecha). Los osteocitos (O), en sus osteoplasmas, aparecen dispuestos de manera desordenada, ya que no existen laminillas en el tejido óseo inmaduro.
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Hueso inmaduro (H/E) (20x). Las trabéculas (T) de tejido óseo inmaduro alojan en su interior los osteoplasmas donde se sitúan los osteocitos (O). Estas trabéculas se diferencian de las del tejido óseo maduro esponjoso en que no presentan laminillas óseas, dado que las fibras colágenas, responsables de la eosinofilia de la matriz ósea, se disponen de manera desordenada. Como consecuencia de lo anterior, los somas de los osteocitos se distribuyen sin orden aparente. Los espacios amplios que hay entre las trabéculas están rellenos por mesénquima (asterisco) con vasos sanguíneos (flecha).
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Hueso inmaduro (H/E) (20x). La superficie externa del hueso inmaduro es muy irregular, haciendo relieve numerosas trabéculas (flecha). Sin embargo, toda esta superficie está recubierta por el periostio (P), donde se identifican dos zonas: una externa, rica en fibras colágenas, la capa fibrosa (F), y una interna muy celular, correspondiente a la capa osteogénica (Og), la cual se apoya sobre la superficie de las trabéculas más periféricas. Entre las trabéculas (T) de tejido óseo inmaduro existen espacios ocupados por mesénquima (M).
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Hueso inmaduro (H/E) (40x). Todas las trabéculas de tejido óseo inmaduro están revestidas bien por “células de revestimiento óseo” (punta de flecha) más o menos aplanadas, o por osteoblastos (flecha). En algunas áreas dicho revestimiento se ha desprendido como consecuencia del procesamiento histológico de la muestra. El mesénquima (M) que rellena los espacios que hay entre las trabéculas es escasamente celular, pudiéndose identificar algún pequeño vaso sanguíneo (V).
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ÓRGANO: Hueso parietal (feto). TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Osificación directa (H/E) (4x). Los huesos de la bóveda craneal se forman por osificación directa o intramembranosa, directamente a partir del mesénquima. La preparación corresponde a una sección frontal de la cabeza de un conejo en las últimas etapas del desarrollo fetal. Recorriendo el mesénquima que recubre al cerebro (C), se pueden identificar las diferentes etapas de la osificación directa, observándose fases más precoces en la región temporal (punta de flecha) y etapas algo más avanzadas en la zona parietal (flecha). El espacio meníngeo (asterisco) está anormalmente agrandado debido a un artefacto de técnica.
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Osificación directa (H/E) (10x). En la osificación directa se forma una primera trabécula ósea (T). Sobre ella se apoyan osteoblastos (punta de flecha) que depositan matriz ósea, ocasionando el engrosamiento y crecimiento del tejido óseo, el cual adquiere poco a poco un aspecto reticulado (flecha). Siempre existen vasos sanguíneos (V) en relación con las trabéculas óseas en formación, condición necesaria para que se produzcan los fenómenos de osificación. (Espacio meníngeo: asterisco. Cerebro: C).
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Osificación directa (H/E) (20x). Los huesos del cráneo creciendo por osificación directa están constituidos por una fina trabécula de tejido óseo embrionario en cuyo interior se encuentran osteocitos (O). Observando las dos superficies de la trabécula, se comprueba que los osteoblastos (flecha azul) que se apoyan sobre la superficie externa son de mayor tamaño que los que lo hacen (flecha roja) sobre la interna. Esto indica que la trabécula está creciendo en espesor hacia fuera. Se identifican además osteoclastos (punta de flecha), que destruyen las trabéculas óseas desde la superficie interna, ampliándose así la cavidad craneal.
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Osificación directa (H/E) (40x). Pequeña trabécula de tejido óseo inmaduro que se está formando por osificación directa en una etapa precoz del desarrollo de un hueso del cráneo. En el espesor de esta fina trabécula se observan algunos osteocitos (flecha) en el interior de osteoplasmas. Hay osteoblastos (punta de flecha) parcialmente englobados por la matriz ósea sintetizada por nuevos osteoblastos (Ob) que derivan de células mesenquimatosas (M) y se incorporan a la formación de la trabécula
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Osificación directa (H/E) (40x). En una etapa algo más avanzada de la osificación de un hueso del cráneo, las trabéculas óseas de tejido óseo inmaduro adoptan un aspecto ligeramente reticulado, con pequeños espacios ocupados por vasos sanguíneos (V). Sobre la superficie externa de la trabécula se apoyan osteoblastos (Ob), que forman una hilera de células prismáticas u ovoideas, lo cual significa que el hueso crece hacia fuera. Sin embargo, en la superficie interna hay menos osteoblastos, muchos de ellos son de forma aplanada, y los osteoclastos (Oc) están destruyendo el tejido óseo para ampliar la cavidad craneal.
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Osificación directa (H/E) (100x). En esta y en las siguientes tres imágenes se detalla a gran aumento la evolución de la osificación directa. Recorriendo el mesénquima que rodea al encéfalo, es posible encontrar todas estas fases en la misma preparación. Vemos aquí el inicio de la formación de la primera espícula ósea que sirve de punto de apoyo para el crecimiento de las trabéculas. En el espesor del mesénquima (M) se aprecia una acumulación de osteoblastos (Ob) alrededor de una zona de matriz ósea no calificada (Mo) sintetizada por ellos mismos. El hueco (asterisco) que aparece junto a la espícula es un artefacto.
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Osificación directa (H/E) (100x). Pequeña trabécula formada, a partir de la espícula ósea, por el depósito de matriz sintetizada por los osteoblastos (Ob). En la parte superior de la trabécula ósea se puede apreciar la secuencia de cómo un osteoblasto se transforma en osteocito (Os) al ser encerrado completamente por la matriz sintetizada por los osteoblastos (flechas) que se sitúan a su espalda. En el espesor de la trabécula, las finas líneas basófilas (punta de flecha) posiblemente correspondan a zonas de mineralización de la matriz ósea. (Mesénquima: M).
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Osificación directa (H/E) (100x). Fina trabécula ósea sobre cuyas dos superficies se apoyan osteoblastos (Ob). Como los que están situados en la superficie superior son de mayor tamaño que los de la inferior, puede deducirse que la trabécula está creciendo en espesor hacia arriba. Sobre la parte superior de la trabécula se observan dos hileras de osteoblastos, de modo que los más internos (flecha roja) están a punto de ser englobados por la matriz ósea que sintetizan los osteoblastos más grandes de la hilera más externa (flecha azul). Justo en ese momento pasarán a denominarse “osteocitos”.
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Osificación directa (H/E) (100x). Las trabéculas óseas (T), a medida que crecen, se ramifican (flecha roja) siguiendo el trayecto de los vasos sanguíneos (V). Durante el crecimiento, el hueso ha de adaptarse al desarrollo del encéfalo, por lo que se tiene que remodelar constante y paulatinamente. Ello implica la existencia simultánea tanto de zonas donde se añade tejido óseo, reconocibles por poseer osteoblastos (flecha azul) más grandes y abundantes, como de áreas de destrucción del tejido óseo por acción de los osteoclastos (Oc). (Osteocito: punta de flecha. Matriz ósea: asterisco).
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ÓRGANO: Hueso largo (feto). TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Osificación diafisaria (H/E) (2x). La osificación de los huesos largos comienza en la diáfisis, apareciendo los centros de osificación epifisarios más tardíamente. La imagen corresponde a la osificación de un hueso largo de la pata de un feto a término de un animal de experimentación. La pared diafisaria está formada por tejido óseo inmaduro (flecha), que se ha generado por osificación directa. Existe ya una cavidad medular ocupada por médula ósea (M) muy celular. Obsérvese cómo las epífisis (E) están todavía constituidas únicamente por cartílago hialino. (Cavidad articular: asterisco).
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Osificación diafisaria (H/E) (4x). La pared de la diáfisis está constituida por hueso trabecular o inmaduro (asterisco) que delimita una cavidad ocupada por médula ósea (M). Recubriendo externamente la diáfisis se encuentra el periostio (P). Las epífisis (E) del hueso en crecimiento están formadas por cartílago hialino, ya que todavía no se ha iniciado la osificación epifisaria.
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Osificación diafisaria (H/E) (10x). Zona límite entre la diáfisis (D) y la epífisis (E). La diáfisis está formada por hueso inmaduro o trabecular (T), mientras que la epífisis lo está por cartílago hialino. En la interfase entre la cavidad medular, ocupada por médula ósea (M), y el cartílago epifisario (E), se observa tanto alguna trabécula mixta (asterisco) como grandes condroplasmas (flecha), siendo ambos elementos característicos de la osificación endocondral. Por fuera se sitúa el periostio (Po), que recubre externamente la superficie diafisaria, continuándose con el pericondrio (Pc) del cartílago epifisario.
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ÓRGANO: Hueso largo-osificación (epífisis). TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Osificación epifisaria (H/E) (2x). El núcleo de osificación epifisario (Ne) crece de manera radial, tanto hacia la superficie de la epífisis como hacia el cartílago metafisario (Cm) que lo separa de la diáfisis (D). Al terminar el crecimiento del hueso, permanecerá el cartílago hialino en la superficie epifisaria como cartílago articular, mientras que el cartílago metafisario desaparecerá al ser invadido por los frentes de osificación epifisario (flecha azul) y diafisario (flecha roja). Los espacios más pequeños y claros presentes en el cartílago epifisario son vasos sanguíneos (V) que se dirigen al núcleo de osificación.
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Osificación epifisaria (H/E) (4x). En el centro de osificación epifisario se observan numerosas trabéculas (T) muy irregulares, entre las que hay espacios claros ocupados por mesénquima (M) y vasos sanguíneos. Los espacios pálidos, algunos de ellos muy amplios, que se ven en el seno del cartílago hialino, son vasos sanguíneos (V) destinados al centro de osificación. En la parte inferior de la imagen se aprecia una pequeña región de la diáfisis (D). Entre el núcleo de osificación epifisario y el diafisario hay una franja de cartílago hialino que corresponde al cartílago metafisario (Cm).
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Osificación epifisaria (H/E) (10x). Las trabéculas mixtas (T) que aparecen en el centro de osificación epifisario se disponen tridimensionalmente de una forma más o menos radial. Su denominación se debe a que poseen, sobre todo las situadas más profundamente en el centro de osificación, una región central basófila de matriz cartilaginosa calcificada y una parte periférica eosinófila (punta de flecha) de tejido óseo inmaduro, sintetizado por los osteoblastos que se apoyan sobre la superficie de la trabécula. Los espacios entre las trabéculas están ocupados por mesénquima (M) muy celular y vasos sanguíneos (V).
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ÓRGANO: Hueso largo-osificación (epífisis, metáfisis). Cartílago metafisario. TÉCNICA: Hematoxilina-Eosina (H/E).
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Cartílago metafisario (H/E) (2x). El cartílago de crecimiento, de conjunción o metafisario (M) es una franja de cartílago hialino situada entre el centro de osificación epifisario (E) y el diafisario (D). Es responsable del crecimiento en longitud de los huesos largos. Esta preparación, en comparación con la anterior (“Osificación epifisaria”), corresponde a una etapa más avanzada del desarrollo del hueso. Es llamativa la diferente disposición de las trabéculas mixtas (T) en la epífisis, donde se orientan en todas direcciones, y en la diáfisis, donde lo hacen paralelamente (flecha) al eje mayor del hueso.
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Cartílago metafisario (H/E) (4x). El cartílago metafisario crece por un mecanismo intersticial, aportando cartílago hialino hacia ambos frentes de osificación, diafisario y epifisario. Es una estructura doble pero asimétrica, ya que el grado de actividad del frente de osificación diafisario es más intenso que la del epifisario. Así, partiendo de una zona de cartílago en reposo (asterisco), apenas crece (flecha corta) hacia la epífisis (E), pero sin embargo se desarrolla mucho (flecha larga) hacia la diáfisis (D). Cuando el crecimiento cesa, el cartílago metafisario desaparece porque ambos centros de osificación acaban por contactar.
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Cartílago metafisario (H/E) (20x). Disposición irregular y ramificada de una trabécula mixta, lo cual indica que pertenece a la epífisis. La trabécula mixta (T) posee una región basófila central de matriz cartilaginosa calcificada (asterisco), sin células, y por fuera un tejido óseo inmaduro (Os), eosinófilo, con osteocitos en el interior de sus osteoplasmas. Estas trabéculas están recubiertas por una hilera de osteoblastos, bien de forma cúbica (flecha) si están activos, o aplanados (punta de flecha) si su grado de actividad es menor. Los espacios que hay entre las trabéculas mixtas están ocupados por médula ósea (M).
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Cartílago metafisario (H/E) (10x). El cartílago metafisario se desarrolla más hacia la diáfisis (D) que hacia la epífisis (E). Partiendo del cartílago en reposo (1) y hacia la diáfisis, se distinguen las siguientes zonas: zona de cartílago en proliferación (2); zona de cartílago seriado (3), donde los condrocitos constituyen grupos isogénicos columnares formando hileras de células; zona de cartílago hipertrófico o de grandes condroplasmas (4); y zona de cartílago calcificado (5), que se relaciona directamente y es invadida por el frente de osificación o “brote osteogénico” (puntas de flecha) procedente de la diáfisis. (Vaso sanguíneo: V).
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Cartílago metafisario (H/E) (20x). Detalle del cartílago metafisario donde se identifica la zona de cartílago en reposo (1). En la zona de cartílago en proliferación (2) no es frecuente ver las mitosis, si bien son las divisiones celulares las responsables del típico aspecto de la zona de cartílago seriado (3), en la que los condrocitos, aplanados, se disponen en hileras que recuerdan a “pilas de monedas”, formando grupos isogénicos columnares.
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Cartílago metafisario (H/E) (20x). Transición de la zona de cartílago seriado (S) a la zona de grandes condroplasmas o cartílago hipertrófico (Gc), donde el tamaño de los condroplasmas se agranda. Por debajo se sitúa la zona de cartílago calcificado (Cc), donde los condrocitos se encuentran retraídos porque degeneran en el interior de amplios condroplasmas. En la parte inferior de la imagen se aprecia el frente de osificación, o avance del “brote osteogénico” (D) de la diáfisis.
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Cartílago metafisario (H/E) (20x). El frente de osificación (flechas), procedente de la diáfisis, invade la zona de cartílago calcificado donde hay grandes condroplasmas con condrocitos degenerados (C). En su avance, va destruyendo las finas paredes transversales de la matriz cartilaginosa calcificada, conservando por lo general los tramos longitudinales (asteriscos) de la misma. Éstos servirán de punto de apoyo a los osteoblastos que sintetizan la matriz ósea inmadura para formar trabéculas mixtas, que no llegan a observarse porque en el nivel que muestra la imagen aún no se ha depositado dicha matriz.
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Cartílago metafisario (H/E) (20x). En la diáfisis, las trabéculas (T) tienen una disposición rectilínea y son paralelas entre sí. La mayoría están formadas únicamente por matriz cartilaginosa calcificada basófila, sin que todavía haya dado tiempo a que se deposite sobre ellas la matriz ósea inmadura eosinófila, sintetizada por los osteoblastos (punta de flecha) para formar una trabécula mixta. En el centro de la imagen se observan células gigantes redondeadas muy eosinófilas que corresponden a osteoclastos (O), los cuales son responsables del avance del frente de osificación hacia el cartílago metafisario (M).
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Cartílago metafisario (H/E) (40x). Los osteoclastos (Oc) son células gigantes multinucleadas, muy eosinófilas. Se observan aquí en el frente de osificación diafisario, abriéndose paso hacia el cartílago calcificado (Cc), donde destruyen los tramos transversales y tienden a preservar los longitudinales (asterisco) de la matriz cartilaginosa calcificada, sobre los cuales se apoyarán los osteoblastos (Ob) para formar trabéculas mixtas. En el frente de osificación los osteoclastos van acompañados de vasos sanguíneos (V), imprescindibles para que se produzcan los fenómenos de osificación.
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Cartílago metafisario (H/E) (40x). Trabéculas mixtas (Tm) de la diáfisis, paralelas entre sí. Son trabéculas que poseen abundante material eosinófilo periférico (asterisco), lo cual indica que están alejadas del frente de osificación, por lo que ha dado tiempo a que los osteoblastos (Ob), que recubren la trabécula, sinteticen matriz ósea inmadura (asterisco) sobre la matriz cartilaginosa calcificada basófila (C). En la trabécula mixta se puede observar algún osteocito (punta de flecha) en su osteoplasma. Las abundantes células que hay entre las trabéculas mixtas corresponden a elementos de la médula ósea (M).
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Cartílago metafisario (H/E) (40x). Trabéculas mixtas (Tm) de la diáfisis, dispuestas en paralelo. Están siendo parcialmente destruidas por osteoclastos (Oc). Estas trabéculas mixtas, durante el proceso de crecimiento del hueso, terminarán por desaparecer debido a la actividad osteoclástica, ampliándose así la cavidad medular, que al mismo tiempo será ocupada por medula ósea (M).
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Cartílago metafisario (H/E) (100x). Imagen a gran aumento de un osteoclasto (Oc), destruyendo el extremo de una trabécula mixta (Tm) de la diáfisis. De este modo se amplía la cavidad medular. El osteoclasto es una célula gigante multinucleada, con un citoplasma muy eosinófilo, donde se identifica la zona del ribete en cepillo (asterisco) unida a la trabécula que se está eliminando. Llama la atención, además, la presencia de vacuolas (punta de flecha) en el citoplasma del osteoclasto, lo cual es un signo de actividad osteolítica. (Médula ósea: M).
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